INGREDIENTES:
Un kilo de tomates maduros, o una lata de tomate triturado natural.
Una cebolla.
Dos pimientos del piquillo.
Aceite de oliva, sal y azúcar.
PREPARACIÓN:
Para hacer un buen tomate frito, lo ideal sería tener tomates rojos y maduros de la huerta, o unos buenos tomates de la tienda maduros, pero si no quieres gastar tiempo en escaldar y pelar los tomates, suelo utilizar una lata de tomate triturado natural que sale muy bueno y sin pepitas.
Si tenemos tomates se escaldan en agua hirviendo para que se pelen bien, con meterlos en el agua hirviendo unos segundos, es suficiente, se pasan por agua fría se pelan y se trocean, y se reservan para cuando esté la cebolla hecha.
Si no tenemos tomates, la lata de tomate triturado es rápido y sale muy rico (aconsejable)
Se sofríe la cebolla partida en trozos pequeños, en un cazo o perola, por que las sartenes con el tomate se suelen estropear, cuando esté doradita (es mejor escurrir el aceite sobrante) se añaden dos pimientos del piquillo, o en su lugar, unas tiras de pimiento rojo, y el tomate.
Se echa un poco de sal, y una cucharadita de azúcar. Es mejor echar poca sal, que siempre se puede rectificar al final, y se deja freír todo unos 15, o 20 minutos a fuego bajo y tapado con una tapadera de agujeros, para que no salpique.
Dejarlo enfriar y después pasarlo por la batidora.
Un truco muy bueno es poner alrededor de la batidora papel film para que no salpique mientras se tritura.
Sale un tomate frito muy espeso y muy rico y sobre todo, natural.
Si cuando lo vas a gastar no lo utilizas todo, no lo tires, haz cubitos de tomate, que para un sofrito, o para cualquier cosa que necesites sólo un poco añades un cubito de tomate y listo.
Si el tomate se utiliza para pasta u otras salsas, se pude añadir orégano, hiervas provenzales, perejil etc; pero si es para niños, mejor no añadir nada y así no encuentran nada raro, que a ellos no les suele gustar.
